Viajar a Amberes


Amberes se ha convertido en el lugar preferido por los magnates de la moda, las reinas de los clubes nocturnos, los amantes del arte y los comerciantes de diamantes. La capital de Bélgica tiene un nuevo aire fresco donde uno se puede deleitar con la fama y las fortunas de otras personas. Lo más característico de la ciudad: su atemporalidad.

El centro es bastante antiguo. Está construido alrededor de la catedral más imponente del país que sigue siendo tan hermosa como lo era hace siglos. Encontrarás bonitos escondites por sus calles empedradas y pequeñas callejuelas con un sinfín de de restaurantes y bares, tiendas de antigüedades, galerías de arte, tiendas de chocolate, boutiques de grandes diseñadores e importantes joyerías.


En pocas palabras, podríamos decir que Amberes es una de las ciudades del mundo más indicadas para derrochar dinero. La ciudad entera se parece a un museo de arquitectura gracias, principalmente, a su fortaleza medieval que se encuentra a orillas del río frente al mar. Lo más distintivo es su arquitectura barroca y gótica flamenca. La ciudad fue el hogar de Pieter Paul Rubens, el artista más grande del norte de la Europa barroca. Una visita a su casa y a su estudio en el centro de la ciudad te permitirá hacerte una idea de cómo era su fabulosa vida.


La moda, ha convertido a Amberes en un gran imán para los compradores. Para una ciudad de su tamaño, cuenta con un gran número de tiendas de los diseñadores más de moda que te puedas imaginar. También, gracias a esta modernización, la cultura gay está muy presente. La denominada “cultura de club” se ha ido ampliando con el paso del tiempo y se realizan infinidad de fiestas.

El castillo de Chambord


Esta joya de la arquitectura renacentista francesa, está considerada como el más hermoso de los Castillos del Loira. Al igual que Blois, el castillo de Chambord se sitúa en el departamento francés de Loir-et-Cher, a orillas del río Loira.

Inicialmente fue concebido como pabellón de caza para el rey Francisco I, quien mantuvo su residencia habitual entre el cercano castillo de Blois y el de Amboise. Existen algunas hipótesis sobre la implicación del gran maestro Leonardo da Vinci en su diseño original, al ser invitado por el rey Francisco I. Ciertamente, el gran Leonardo residía y trabajaba muy cerca de Amboise, y tras su muerte, fue enterrado en la capilla de Saint-Hubert, en las afueras del castillo.


En cuanto a la estructura del castillo se trata de un planta cuadrangular, con ocho torres y un torreón en el interior. Sus espectaculares dimensiones dan cabida a 440 habitaciones, 84 escaleras y 365 chimeneas. Destaca especialmente, como una joya de la arquitectura, su escalera abierta de doble hélice que permite el ascenso y descenso a la vez, sin toparse con otra persona.


Cuatro salas que forman una cruz y se comunican entre ellas, están dispuestas alrededor de esta escalera de doble hélice, distribuyendo cuatro partes de vivienda. Se cree que este diseño pudiera ser obra de Leonardo da Vinci, aunque no existen pruebas que lo corroboren.

La capilla, de dimensiones excepcionales, se encuentra unida al torreón mediante una galería. Su construcción fue iniciada por Francisco I y acabada, posteriormente, por Luis XIV.

Tras la muerte del rey Francisco I y durante más de ochenta años, los sucesores que habitaron el castillo dejaron que este se fuese deteriorando con el transcurso del tiempo. Gracias a Gastón d’Orleáns, que lo recibió como regalo de su hermano Luis XIII, se iniciaron las obras de restauración del castillo para evitar que cayera en la ruina.

El castillo de Blois


En el departamento francés de Loir-et-Cher, a orillas del río Loira, se sitúa uno de los más destacados castillos por su complejidad arquitectónica. Un castillo que debe su nombre a la ciudad donde se ubica: Blois. Estilos que abarcan desde la época merovingia francesa, la Edad Media, el Renacimiento, el clasicismo y el romántico, se mezclan, cohabitan y se confunden en una hermosa construcción que nació a principios del 1500.

A lo largo de su historia, siete reyes y once reinas residieron en el castillo, entre 1500 y 1715. Como muestra de su paso por Blois, en la fachada del edificio se pueden observar los animales heráldicos de algunos de ellos: la salamandra de Francisco I, el puerco espín de Luis XII, la L de Luis XII, la A de Ana de Bretaña o la C de Claudia de Francia.

La estructura de Blois se compone de un bloque de cuatro castillos en uno solo, producto de las cuatro fases de su construcción: al antiguo castillo de los condes de Blois se añadió el ala de Luis XII, el ala de Francisco I y el ala de Gastón de Orleans.


Ala de Luis XII. Observando su fachada se puede imaginar como fue el castillo real en sus inicios. De estilo Renacentista italiano, conserva sin embargo ornamentos medievales que se muestran por toda la fachada. En la parte exterior, sobre la puerta principal, aparece la representación ecuestre de Luis XII.


Ala de Francisco I. A diferencia de su predecesor, Luis XII, este apenas reinó desde Blois, aunque las obras que llevó a cabo son considerables. La fachada que da al patio posee características medievales y su estilo es de principios del Renacimiento. Una suntuosa escalinata exterior pone de manifiesto el esplendor de la arquitectura renacentista.

Ala de Gastón de Orléans. Aunque fue construida según sus deseos, Gastón de Orleáns falleció sin haber tenido ocasión de vivir en su palacio inacabado. El elemento más preponderante es su fachada, pues su genialidad reside en haber anticipado el clasicismo mucho antes de su época.

El interior de cada una de las alas, en las que se divide este gran castillo, se pueden visitar numerosas salas donde se exponen los objetos recopilados a lo largo de la historia de Blois. Mobiliario, obras de arte, esculturas u objetos de uso personal se muestran al público para evocar la vida y costumbres de los reyes que residieron en tan fastuoso palacio.


Cada nombre asignado a las diferentes salas sugiere por sí mismo el uso de las mismas: Sala de los Capitanes de la guardia de la Reina, Galería de la Reina, Cámara de la Reina, Oratorio de la Reina, Gabinete de trabajo de la Reina, Cámara del Rey, Sala del Consejo, Sala de la Guardia del Rey, Gabinete nuevo, Galería del Rey y Sala de los Estados.


Por otro lado, en el castillo recoge las más diversas obras de arte que se exponen en diferentes galerías: Galería de las tapicerías y esculturas, Gabinete de los Retratos y la sala de Objetos de hierro forjado y cerrajerías artísticas.

La Torre del Foix, es un vestigio del recinto medieval, probablemente se tratase de una torre de ángulo en la muralla. Su nombre se debe al arrabal de la ciudad que permitía vigilar. En esta torre se instaló un observatorio astronómico, a petición de Gastón de Orleáns. En el camino de acceso se encuentra una fuente que perteneció a los jardines de Luis XII.

Primera foto: D. Lépissier.

París, la ciudad más cara del mundo


París es la ciudad más cara para vivir de acuerdo con la última encuesta que ha realizado Economist Intelligence Unit. El estudio se ha encargado de evaluar el coste de vida mediante la comparación de los precios de la vivienda, la comida, la ropa, el transporte y los costes de los servicios públicos en 132 ciudades de todo el mundo. El objetivo del estudio es el de ayudar a las empresas a calcular los subsidios para los ejecutivos y sus familias que se envían a trabajar a otras ciudades del mundo.

Tokio ocupa el segundo lugar, por encima del sexto lugar que ocupaba hace un año. La caída de la moneda en Rusia con respecto al dólar, ha hecho que Moscú se convierta en un lugar mucho más barato de lo que era antes. Según los economistas, no hay nada sorprendente en que París ocupe ese primer lugar, ya que es una ciudad muy desarrollada dentro de un gran país.


Este año, los encargados del estudio, han decidió convertir todas las cantidades económicas en dólares, ¿por qué? Muy sencillo; de esta forma son capaces de comparar mejor los precios después del fortalecimiento que ha sufrido el euro. Este, ha crecido cerca de un 20% frente al dólar durante el año pasado. Si quieres ir planeando tus vacaciones, aquí tienes la lista de las 10 ciudades más caras del mundo:

1 – París, Francia
2 – Tokio, Japón
3 – Oslo, Noruega
4 – Frankfurt, Alemania
5 – Milán, Italia
6 – Sídney, Australia
7 –Londres, U.K.
8 – Dublín, Irlanda
9 – Chicago, USA
10 – Shanghái, China

La belleza de Albarracín


Esta hermosa localidad de la provincia de Teruel está calificada como uno de los pueblos más bellos de España y propuesta para ser declarada Patrimonio de la Humanidad por su gran valor histórico y estético.

Sus numerosos monumentos, así como el trazado de sus calles adaptadas a una complicada topografía del terreno, le confieren el encanto propio de las ciudades medievales. Cada rincón de Albarracín es un homenaje al paso del tiempo.

Historia

Los primeros indicios de grupos humanos datan de la Edad del Hierro. Concretamente, la ciudad estuvo habitada por la tribu celta de los lobetanos, cuyo legado quedó plasmado en las pinturas rupestres encontradas en el Pinar del Rodeno. Posteriormente, la Lovetum de los romanos, pasó a ser Santa María de Oriente para los visigodos. Su nombre actual se debe a la familia bereber Al-Banu-Razin, que instauró el reino taifa en la localidad. La conquista y los sucesos políticos que acaecieron en Albarracín en los siglos venideros, cambiaron la estructura defensiva de la ciudad, dotándola de una importante fortaleza defensiva.


Monumentos

Casa Consistorial: Edificio del siglo XVI, con balcones de madera y corredor sobre el río. Se encuentra ubicada en la plaza del Ayuntamiento.
Catedral del Salvador: Construida en el siglo XVI, se trata de un edificio con una sola nave y capillas laterales, en cuyo interior se encuentra una hermosa colección de tapices sobre la vida de Gedeón (el quinto de los jueces del pueblo judío que gobernó el pueblo de Israel).
Palacio episcopal: Ubicado junto a la catedral, destaca por su portada barroca.


Murallas: Obra cristiana, construidas en el siglo XIV.
Castillo: Situado en el casco antiguo, fue antiguo alcázar de la familia Banu-Razin en el siglo XI y, actualmente, tan sólo se conserva el recinto amurallado.


Torre del Andador: De estilo musulmán (siglos X-XI)
Torre de doña Blanca: Simétrica a la anterior y situada en uno de los extremos de la muralla.
Casa de la Julianeta:Construida al estilo popular, se sitúa en el Portal de Molina.

Rutas Camino de Santiago Año Santo Xacobeo 2010


Para los que no lo sepáis, deciros que el Año Santo Xacobeo es el que el 25 de julio cae en domingo, justo lo que sucederá en este año 2010. Esto suele suceder con una cadencia redular de 6, 5, 6 y 11 años, por lo que se celebran 14 Años Santos Xacobeos al año. El de este año será muy significativo porque pondrá fin al relevante número de peregrinos que han ido realizando el Camino de Santiago durante este periodo de tiempo.

Este año será una nueva ocasión para celebrar el Camino, ese que se convierte en un lugar de peregrinación y encuentro entre personas y pueblos. Desde hace siglos se ha eregido como un símbolo de fraternidad y conciencia europea.

Aunque muchos caminos llevan a Santiago, como sucede con el refrán y la capital de Italia, hoy os hablaremos de dos, el que parte de Francia y el que lo hace desde Portugal.
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Los castillos cátaros

La ruta de los “castillos de la libertad”, como muchos los han denominado, recorre los importantes vestigios monumentales de los cátaros (siglos XII y XIII), que hoy son considerados, casi, como un mito. Un recorrido de dos o tres días en coche, nos mostrará gran parte de estas reliquias del pasado en las acogedoras tierras occitanas.

Una vez pasada la frontera, toda la ruta cátara está perfectamente señalizada e indicada y el recorrido se puede hacer desde Foix a Perpignan como desde Perpignan a Foix.


Castillo de Roquefixade

Si tomamos como punto de partida la ciudad de Foix, el siguiente pueblo que encontramos es Lavelanet y el acceso al castillo se realiza desde el mismo. Tan sólo se conservan algunas piedras aunque la panorámica es espléndida.


Castillo de Montsegur

Es el más famoso de todos por ser testimonio de la muerte de 225 cátaros que murieron en la hoguera por no abjurar de su fe en el año 1244. El camino hacia el castillo parte desde el Prado de los Quemados, donde se emplaza una lápida en honor a estos hombres. Desde allí, el ascenso al castillo es uno de los más duros, pero las vistas recompensan el esfuerzo.


Castillo de Puivert

De fácil acceso, pues está situado a pie de carretera, su edificación deja patente la finalidad para la que se construyó. A diferencia del resto, este castillo fue un lugar de ocio donde se celebraban torneos de caballos, y punto de encuentro de juglares y trovadores.


Castillo de Puilaurens

Se accede desde Lapradelle y fue uno de los emplazamientos más importantes de la resistencia cátara. El camino de ascenso es bastante duro pero permite conocer la flora autóctona y tener una idea del complejo sistema defensivo que le caracterizaba.


Antes de llegar a la siguiente parada, Saint Paul de Fenouillet nos muestra sus espectaculares Gorgues de Galamus, un estrecho pasaje entre montañas por donde discurre el río.


Castillo de Peyrepertuse

Se trata de una espectacular obra militar del siglo XII, perfectamente mimetizada con la montaña. Su extensión alcanza los 300 metros de longitud y el acceso se realiza por un estrecho camino entre bosques que parte desde el aparcamiento.


Castillo de Quéribus

Con un emplazamiento espectacular, a unos 728 metros de altitud, y muy cercano al castillo de Peyrepertuse, fue el último reducto cátaro que cayó en manos del rey (año 1255). Se trata de un auténtico “nido de águilas”.


Castillo de Aguilar
Construcción del siglo XII, al cual se puede acceder desde el pueblo de Tuchan, e incluso hasta los pies del propio castillo, en coche. La parte más interesante de su estructura es la doble muralla exterior con seis torres circulares, ya que de la parte interior apenas quedan restos. Otro atractivo que ofrece su visita es la inmejorable vista sobre las viñas de las Corberes.

A unos 5 kilómetros, en el pueblo de Tautavel podemos visitar el museo con los restos prehistóricos de los primeros pobladores de la zona, hace unos 400.000 años.

Naturaleza excepcional en Montagne Noire


El macizo montañoso de Montagne Noire se encuentra dentro del Parque Natural de la región del Haut-Languedoc (Alto Languedoc), al suroeste del Macizo Central, en Francia. Con una edad de 360 a 300 millones de años, esta cadena montañosa presenta dos vertientes bien diferenciadas:
septentrional – zona predominantemente boscosa, caracterizada por la presencia de pinos, abetos y robles. Esta densidad de vegetación es la que da el nombre de Noir (negro) al macizo.
meridional – más árida y con una flora típicamente mediterránea (olivos, castaños), contrasta con la anterior por sus profundos barrancos, donde van a parar la mayor parte de las aguas del macizo.

Sin duda, el macizo es un lugar excepcional donde la naturaleza se manifiesta en sus formas más diversas y caprichosas. Lagos, arroyos, cañones y bosques conforman los elementos de un entorno ideal para disfrutar con los cinco sentidos.

Lugares para descubrir

Mazamet – Encantadora ciudad situada a los pies del macizo, en el departamento de Tarn. Fue fundada por los visigodos como Hautpoul en el año 413 y construida a modo de fortaleza sobre un pico, bajo el que se dominaban los valles colindantes. Siglos más tarde,el asentamiento de Simon de Montfort, principal protagonista en la Cruzada Albigense contra los cátaros en Hautpoul (año 1212) provocó el desplazamiento de sus habitantes hacia el valle para construir la nueva Mazamet.

Hoy día, la fortaleza medieval de Hautpoul, constituye el legado de una historia marcada por sangrientas batallas de religión. Sus muros albergan artesanos y talleres para preservar la historia y el patrimonio del lugar.

A los pies de esta villa medieval, la Maison du Bois ofrece una exposición del hermoso arte de la madera, rodeado de un espectacular Jardín Botánico con más de 54 especies diferentes.

Para viajar al siglo XIX, la Casa de los Recuerdos recrea el escenario de la boda de sus propietarios en un salón de época. Además, se puede descubrir la historia y la fe cátara, en una exposición ubicada en la primera planta de la casa.

Para disfrutar del ocio y el deporte en un entorno natural, el Lago de las Montañas, dispone de la más variada oferta en actividades: rutas de senderismo, pista de fitness alrededor del lago (2.7 km), senderos para ciclismo, zonas de picnic con barbacoa, zona lúdica para niños, natación en el lago bajo supervisión o mini-golf.


Clermont l’HéraultCapital de la uva de mesa, esta villa posee además la iglesia gótica de Saint Paul, el castillo feudal y el Lago de Salagou. En sus proximidades también se puede descubrir el espectacular circo de Mourèze, donde la erosión milenaria ha esculpido la roca dando lugar a extraños relieves ruininiformes.


Les Matelles – Pintoresca ciudad medieval rodeada de murallas y con museo sobre la Prehistoria.


Montolieu – Célebre ciudad de la Montaigne Noire donde libreros y encuadernadores han instalado sus talleres. A visitar el Museo de artes y técnicas gráficas.


Saint Guilhem le Désert – Ciudad medieval fundada por Guilhem, duque de Aquitania. De su Abadia de Gellone, construida en el año 804, solamente se conservan la iglesia, el portal y el campanario del siglo XV. Interior románico, claustro y museo lapidario donde reposan los restos de Saint-Guilhem. En sus alrededores se encuentran las Gorges de l’Hérault, con el Pont du Diable (siglo XI), el puente gótico en Saint Etienne d’Issensac y la Gruta de Clamouse.

Lamalou les Bains Estación termal a los pies del Mont Caroux y l’Espinouse. Dispone de un pequeño tren turístico que va de Bédarieux a Mons-la-Trivalle, pasando por Lamalou les Bains y las Gorges d’Héric.


Viols le Fort – Ciudad medieval con castillo del siglo XIII. En sus cercanías se encuentra el poblado prehistórico de Cambous, con exposición permanente sobre la prehistoria.

Descubrir la belleza de las Gorges du Tarn


De los siete parques nacionales franceses, el Parque de Cévennes es el más extenso. Situado en la región del Languedoc-Rosellón, al sur de Francia, en el se ilustra la riqueza y la diversidad de una región protegida. El río Tarn que transcurre por la ladera del Mont Lozère, ha ido formando a lo largo de las épocas un profundo y espectacular desfiladero, donde la práctica de deportes de riesgo se convierte en uno de los principales atractivos del lugar. Descensos en canoa o kayak, espeleología, escalada o cañoning satisfarán las expectativas de los más aventureros, pues el cañón reúne las condiciones idóneas para la práctica de estos deportes.


En un recorrido de extraordinaria belleza, a través de una de las zonas menos pobladas de Francia, los amantes del senderismo también encontrarán rutas fascinantes. Sus características paisajísticas permiten realizar diferentes rutas: a pie por los desfiladeros o descender a remo por el río.

En las proximidades de las Gorges du Tarn podemos descubrir algunos de los pueblos más bellos de la región de Lozère:


Sainte Enimie. Ciudad medieval con calles adoquinadas, ubicada en el centro del desfiladero que posee una hermosa iglesia del siglo XII. En sus alrededores se encuentran el Castillo de Prades, la villa de Castelbouc e Igloos de Causse de Sauveterre, construidos en piedra.


Florac. Siutada en el Parque Nacional des Cévennes, a la entrada de las Gorges du Tarn, en el se pueden visitar el antiguo castillo de Florac y el manantial du Pêcher.

Alès. Llena de historia y de turismo industrial. Posee el museo de arte Pierre André Benoit, las minas y su colecciones geológicas de la escuela de minas de Alès, así como el festival de teatro en el mes de julio.


Le Rozier. Punto de partida hacia las Gorges de la Jonte, posee una iglesia románica del siglo XII y es un espacio protegido para los buitres en libertad.

Anduze. Entre sus atractivos destaca el recorrido en tren de vapor a través del Parque de Cévennes, el museo de la música que recopila más de 1200 instrumentos de todo el mundo o la gruta del Trabuc, entre otros.

La ciudad fortificada de Carcassone


Situada al sur de Francia, entre Perpiñán y Toulouse, en el área del Languedoc-Rosellón, la ciudad de Carcassone es especialmente conocida como villa medieval fortificada. Su historia se remonta al siglo VI a.C. como ciudad romana y posteriormente fortificada, en el siglo IV, como respuesta a tres siglos de invasiones puntuales por ser villa fronteriza al norte del reino visigodo. Tras la ocupación musulmana, en los años 725 a 759, Carcassone pasa a manos de los Francos y durante la época feudal emerge como principado, extendiendo sus dominios hasta Nimes.

Marcada por la gran influencia de la religión cátara, en 1208 emprende una cruzada contra los Albigenses que se traduce en una nueva conquista territorial, anexionándose al dominio real en 1226. Desde entonces hasta la firma del tratado de los Pirineos, Carcassone constituye una pieza clave del dispositivo de defensa fronteriza entre Francia y Aragón. Ya, en 1997, la ciudad pasa a ser inscrita dentro de la lista del Patrimonio Mundial de la Unesco.


Castillo, murallas y torres

Hay cuatro puertas de acceso al interior de la ciudad, situadas en las murallas y coincidiendo con los puntos cardinales:

La puerta de Narbona. Ubicada en la sección oriental y llamada así por estar orientada hacia la ciudad con su mismo nombre. Data del año 1280 y se compone de dos torres a tres niveles, que enmarcan un cuerpo central de defensa. La puerta de acceso está reforzada por un doble rastrillo y custodiada por matacanes, desde los que se podían lanzar proyectiles, en caso de ataque. Con la finalidad de poder soportar las épocas de asedio, en la torre norte se destinó una cámara para almacenar víveres y a la torre sur se la dotó con una cisterna de agua.

En 1859 se llevó a cabo una rehabilitación que la dotó de una especie de puente levadizo que no existía originariamente.


La puerta del Aude. Llamada así porque está abierta hacia el río Aude, en la zona occidental del conjunto. Se trata del sector con más difícil acceso al recinto fortificado, protegido por una barbacana, un castillete y un matacán (plataforma con orificios para lanzar proyectiles, situada en la parte alta de la muralla).

Su configuración revela un sofisticado sistema defensivo: puertas que en realidad no existen, con la finalidad de burlar un intento de intrusión, y pasillos con recovecos y cruces que se convierten en una trampa laberíntica, quedando expuesto el invasor a los disparos desde todos los ángulos.

La rampa de acceso tenía su inicio en la barbacana, actualmente desaparecida. El ascenso se realizaba mediante curvas y giros para dificultar la entrada.

El origen de esta parte de la muralla es visigodo y su refuerzo consistía en estar elevada sobre la propia muralla y reforzada con tres contrafuertes (siglo XIII).


La puerta del burgo o de Rodez. Situada al norte y custodiada por dos torres, esta sencilla puerta comunicaba la ciudad con el antiguo burgo de Saint-Vincent y su defensa estaba constituida por la barbacana Notre-Dame y la torre Mourétis.

La puerta de Saint-Nazaire. Ubicada en la torre con el mismo nombre, en la zona sur del recinto. Da acceso a la muralla y a la ciudadela a través de un pasadizo protegido por matacanes y aspilleras (aberturas verticales, estrechas y profundas que se situaban en las murallas y permitían lanzar flechas o ballestas).

Su planteamiento defensivo original era muy complejo, pero la estructura fue modificada a mediados del siglo XIX, perdiendo su carácter.


A lo largo de la muralla, diferentes torres con sus propias historias nos deleitaran en esta visita al pasado de esta hermosa ciudad amurallada: la torre visigoda, la torre de la Inquisición, la torre de Cahuzac o la torre Mi Padre. La catedral de Saint-Nazaire et Saint-Celse, en el interior del recinto o el museo lapidario, en la primera planta del castillo son otros de los elementos importantes incluidos en la visita a Carcassone.