Si detestas las aglomeraciones, debo decirte que Tokio no es una ciudad que esté hecha para ti. No lo es porque desde hace un buen puñado de años es la más poblada del mundo, y no precisamente por poco.
En la capital de Japón viven nada más y nada menos que 37,4 millones de personas, que para hacerse una idea es casi como multiplicar por 25 la población de Barcelona.
Evitando el caos a través del orden
A pesar de que vive muchísima gente, el caos no se apodera de Tokio como sí sucede en otras ciudades que aparecen en el Top 10 de población como Nueva Delhi (India) o Dhaka (Bangladesh). Los japoneses son personas educadas que cumplen con las normas y tienen una cultura que hace que sea imposible que sus calles se conviertan en hormigueros. Además, hay que decir que su desarrollo económico también ayuda a que la sensación de orden salte a la vista.
Tokio ha cambiado mucho desde su fundación en 1457. Si bien es cierto que todavía conserva una gran cantidad de edificios del Japón más tradicional, ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos para levantar rascacielos que evidencian que es una de las potencias mundiales a nivel económico.
La superficie de Tokio es de 13,555 km2, lo que significa que tiene una densidad de 14.000 hab/km2, que es más o menos el doble de la de Nueva York. Está dividida en 23 barrios, un distrito y cuatro subprefecturas.
¿Por qué vive tanta gente en Tokio?
La capital nopona no es la ciudad más poblada por casualidad. Allí se ofrecen muchos puestos de trabajo y eso ha hecho que durante décadas millones de personas de otros puntos del país hayan decidido mudarse a Tokio. El 97% de la población es japonesa, mientras que las minorías son chinas y coreanas. Eso explica que las creencias religiosas estén muy repartidas, siendo el 38% budistas, el 21% sintoístas y el 13% cristianos.
Otro aspecto que explica el elevado número de habitantes tiene que ver con la natalidad y la mortalidad. Eso sí, tras la Segunda Guerra Mundial la natalidad cayó considerablemente y su crecimiento podría considerarse que es el de cualquier ciudad moderna, solo que la esperanza de vida no hace más que aumentar.
Tokio ya no es lo que era
Como he comentado más arriba, Tokio es una ciudad que mezcla edificios tradicionales con edificios modernos, siendo estos últimos los que predominan con claridad. Antiguamente las casas eran de madera y no tenían más de dos pisos, mientras que ahora se construyen rascacielos destinados a la vivienda y a oficinas. Hoy en día es difícil que se construya una casa con jardín, patio y capilla propios, ya que la demanda es considerable y las constructoras lo aprovechan para sacar el máximo partido a los terrenos levantando grandes bloques de pisos.
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