El turismo rural jamás desaparecerá. No lo hará mientras se mantengan en pie joyas como las que te traigo en este artículo. Se trata de pueblos que parecen sacados de un cuento de hadas, lugares con mucha magia que merece la pena visitar como mínimo una vez en la vida. Por eso te recomiendo que tomes nota y hagas todo lo posible para tacharlos de tu triplist en los próximos años. ¿Empezamos?
Castle Combe (Reino Unido)
Tuve la suerte de estar en Bibury y la verdad es que merece la pena recorrer muchos kilómetros para estar allí. Aunque hay quienes te dirán que hay otros pueblos más bonitos en los Cotswolds como Bibury, lo cierto es que a mí ninguno me impresionó tanto como Castle Combe. Ubicado a pocos kilómetros de Bath, que es una ciudad bastante grande que también te recomiendo, te invita a pasear por sus callejuelas disfrutando de la belleza de sus casas y la vegetación, que se unen para maravillar a los turistas que acuden al lugar.
Hallstatt (Austria)
En este otro pueblo también pude fotografiarme. Llegué con muchas expectativas por eso de que no son pocos los que consideran que es el pueblo más bonito del mundo. Por suerte esas expectativas se cumplieron, ya que es un pueblo idílico, con lago, montaña y una preciosa iglesia católica de estilo románico-gótico. Eso sí, también hay espacio para el horror en su osario, donde podrás ver numerosos cráneos de personas que vivieron en Hallstatt.
Bremm (Alemania)
El semicírculo que dibuja el río Mosela es el lugar donde se asienta Bremm, un pueblo alemán que destaca por su puntiaguda torre y por los tejados de pizarra de las casas. Allí están los viñedos más encarpados de Europa, algo que les permite atraer a los amantes del vino gracias a las características que les confiere estar sembrados en las laderas que hay cerca de las montañas.
Cesky Krumlov (República Checa)
En la República Checa hay mucho más que ver aparte de Praga. Cesky Krumlov, por ejemplo, es un pueblo (o tal vez deberíamos decir ciudad) de algo más de 13.000 habitantes que se siente abrazado por el río Moldava. Es una urbe medieval que te pide a gritos que lleves la cámara de fotos bien preparada para el postureo.
Colmar (Francia)
No es Venecia, pero casi. Bordeando sus canales se alzan casas y restaurantes en los que se vive con intensidad. Está ubicado en la Alta Alsacia, muy cerca del Rhin. Tiene un pasado medieval innegable y unos vinos tan buenos que hacen que más de uno se las ingenie para pasar por Colmar antes de atravesar la frontera que separa Francia de Alemania.
Peratallada (España)
En España también hay pueblos de cuento. Podría elegir más de uno, pero en esta ocasión me he decantado por Peratallada. Está en la provincia de Girona, no demasiado lejos de la Costa Brava, y dispone de muchos alicientes para atraer al turista. Para empezar, es un pueblo medieval con un centro histórico muy bien conservado. Lo mejor de todo es que no es necesario ir hasta allí para disfrutar de unas vistas espectaculares, ya que cualquier callejuela, por pequeña que sea, tiene su encanto. Te encantará pasar por debajo de sus numerosos arcos.
Dinan (Francia)
Volvemos a Francia, pero esta vez para hablar de Dinan, que es otro pueblo que merece estar en una lista como esta. Tiene tres kilómetros de muralla y no hace falta decir que es una de las joyas del Medievo que mejor se conserva en territorio galo. Se fundó en el siglo X y fue un lugar muy importante. De hecho, en el siglo XIV era una de las ciudades más prósperas de Bretaña. Te encantará pasear por la rue du Jerzual, que es la calle más antigua de Dinan.
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