Escapada a Vadiello para conocer la Catedral de la Piedra

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El turismo de interior cada vez va ganando más adeptos frente a otros destinos más masificados. Además, son lugares que permiten realizar pequeñas escapadas durante fechas como, por ejemplo, esta Semana Santa o bien un fin de semana. Una de las opciones para estos días es la localidad oscense de Vadiello, que es conocida como Catedral de la Piedra por los numerosos atractivos naturales que tiene como los mallos que la rodean, además de su embalse del mismo nombre que este municipio. Una ruta que ofrece numerosos atractivos porque se recorren varias localidades de gran belleza.

Cómo llegar

La forma más fácil de llegar a Vadiello es en coche desde Huesca. En esta capital, se tiene que coger la carretera N-240 y luego tomar el desvío que indica a Loporzano/Bandalíes. A continuación, se tiene que continuar por la HU-330 hasta llegar al embalse de Vadiello. Desde la capital oscense, se calcula que se tarda en coche unos 25 minutos.

Qué ver

Cuando se lega a Vadiello, varias son las opciones que se tienen para recorrer la zona, aunque principalmente hay dos rutas que no deben dejar de hacerse por su gran belleza. Una de ellas es la visita al embalse de Vadiello. Aquí, además de ver el embalse en sí mismo, también se puede conocer su entorno, que se caracteriza por el paisaje de montañas.

Por ejemplo, no hay que perderse los Mallos de Ligüerre, así como otros mallos como la Mitra, el Puro, La Patata, Los Pepes –conocidos también como los mallos d’Aliana-, Lazas, Las Crestas de Borón, el pico San Jorge y los barrancos de Escomentúe, del Diablo y de Lazas.

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Visita obligada y muy curiosa es también es el canal de Palomo, donde es posible ver numerosas buitreras que están ahí cobijadas. Son emplazamientos desde los que es habitual poder avistar águilas Tanto para recorrer esta zona como los diferentes barrancos, mallos y sus paisajes existen diferentes senderos.

Otra ruta para realizar en esta zona incluye actos más culturales con las visitas a la Ermita de San Cosme y San Damián. Su acceso es fácil desde la presa de Vadiello, teniendo que atravesar túneles y cruzar el río por la presa.

En este paseo de unos 45 minutos hasta llegar a visitar estos monumentos, también se recorren otros parajes como la cruz Cubierta o la Caseta de los Cuatro Vientos desde donde sale la senda que baja hasta el fondo del barranco para luego subir a los huertos de San Cosme.

Otras visitas

Además de visitar estos puntos, los amantes de la naturaleza pueden disfrutar de excelentes vistas ya en el recorrido en coche. Un motivo por el que es recomendable que el trayecto se haga con la ventanilla bajada, siempre que el tiempo y las condiciones lo permitan.

Y es que así se pueden disfrutar mejor de las vistas y ver cómo se van estrechando los barrancos conforme se va llegando al destino. Aparte, durante todo el camino, se huele un agradable aroma a tomillo y romero, plantas que están muy presentes en la zona.

Otras localidades

Las personas que dispongan de más tiempo para hacer este recorrido por la naturaleza, también pueden visitar otras poblaciones cercanas. Una de ellas es Loporzano, cuyo pueblo bien merece una visita porque tiene un pozo romano y una iglesia dedicada a San Salvador en la que destaca su torre de cinco cuerpos cúbicos y capitel octagonal, entre otros elementos.

La Sasa del Abadiado es otra de las localidades que están dentro de esta ruta. De ella, hay que visitar sobre todo su fuente de la Cueva con sus aguas medicinales, así como la necrópolis medieval. Y, si todavía queda tiempo, un paseo por Castilsabás también será muy beneficioso para conocer el santuario de Nuestra Señora del Viñedo.

Son propuestas para estar en contacto con la naturaleza dentro de un ambiente muy relajado y tranquilo para despejar y descansar la mente y recuperar la energía perdida.

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