Los Balcanes es una zona con mucho encanto y grandes posibilidades para el turismo. Es el caso de Kosovo, un estado que es uno de los más nuevos de Europa y que está situado, precisamente, en pleno corazón de los Balcanes. Un destino ideal para quienes sientan predilección por las localidades a pie de montaña. Aunque no es lo único que hay que ver.
Principales atractivos
Una de las visitas obligadas en Kosovo son las cascadas del Drin Blanco, que forman parte de una zona de montaña que rodea esa cascada con una preciosa caída de agua, que atrae a muchos turistas.
Otra de las joyas de Kosovo es la ciudad de Peja, que está a las puertas del Parque Nacional Bjeshket e Namuna. Es una pequeña localidad, pero es muy curiosa. Entre los principales atractivos está un antiguo bazar otomano reforzado, así como el Patriarcado de Peja con frescos que son una de las máximas expresiones del arte medieval serbio.
El recorrido también nos debe adentrar en el parque nacional, siguiendo la carretera que atraviesa el Cañón de Rugova y desde la que se entra y se sale a pastos altos de montaña, lagos glaciares y bosques de cuentos de hadas.
Capital
El viaje a Kosovo no puede finalizar sin recorrer su capital. Es Pristina, que se caracteriza por ser una ciudad con una historia viva que se respira en sus calles en las que suele haber mucha presencia de tráfico.
Es una capital muy cosmopolita en la que se pueden ver diferentes estilos arquitectónicos y en la que se pueden disfrutar de un gran paseo por modernos cafés y bares. No hay que perderse tampoco el pequeño mercado de fruta.
Dentro de los monumentos que hay que ver figura la mezquita del Sultán Mehmed Fahtih, que fue construida en 1461 y en la que se aparecen bellas decoraciones florales pintadas y arabescos que adornan las paredes y el techo. Atención requiere igualmente la estatua de Ibrahim Rugova.