El Castillo de los Templarios en Ponferrada


En la ciudad leonesa de Ponferrada hay un montón de lugares muy intersantes, además de una gastronomía deliciosa. Entre las muchos lugares de interés que te puedes encontrar está el Castillo de los Templarios, situado en el cruce del «Camino de Santiago» entre León y Villafranca y en un entorno natural fantánstico encima de una colina de unos 60 metros de altura sobre el río Sil.

Este castillo fue en sus orígenes un castro prerommano y una pequeña ciudadela, aunque después fue reconstruido y los reyes de León lo donaron a la ciudad para que pudieran atender a los peregrinos que hacían el Camino de Santiago. En cuanto a su nombre, los templarios eran hábiles guerreros que tenían una excelente red comercial que les hacía recibir muchas donaciones como regalos y en algunos casos hasta pueblos o villas.

Los templarios eran guardianes de tesoros reales en muchísimos países, como por ejemplo en Francia, y se instalaron en Ponferrada en el siglo XII para darle protección a los peregrinos. En el año 1312 se disolvió la Orden de los Templarios, pasando el castillo a ser propiedad de la corona de León, aunque siguió conservando su nombre. Es un lugar que siempre ha generado mucha atención y misterio, siendo además una de las fortalezas más impresionantes del continente europeo.

En todos los años que lleva construido se le han hecho varias reformas para su mantenimiento o para añadirle bloques o estancias. También se le conocía como el «castillo de las doce constelaciones» gracias a las 12 torres que tiene y que simulan la distinta ubicación de los astros en el cielo. Tiene también un foso que está rodeado con un puente elevadizo, además de un patio enorme en la parte baja y una doble línea de murallas.

Si viajas durante el mes de julio es posible que tengas la suerte de ver un espectáculo que se celebra allí y que es la recreación de la Orden de los Templarios, se celebra durante un fin de semana y se organizan todo tipo de actividades para recordar y homenajear a los templarios. Entre esas actividades hay un mercado medieval, una exposición de cetrería, degustación de platos típicos y vinos, talleres infantiles, cuentacuentos, representaciones teatrales y mucho más.

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