Civita di Bagnoregio, un pueblo italiano con mucha magia

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Italia es un país que me encanta. Eso ya lo sabéis. Me gusta prácticamente todo: el idioma, las playas, la gastronomía… Si a eso le sumamos que hay pueblos tan curiosos como Civita di Bagnoregio, normal que uno quiera visitarla todos los años.

Antes que nada, hay que decir que allí solo residen de forma permanente unas cuatro personas y que recibe el apodo de «el pueblo que muere». A continuación te explico por qué.

La historia de un abandono

El valle Tíber se ve como en ninguna otra parte desde Civita de Bagnoregio. Los etruscos lo fundaron hace 2.500 años, pero no eran conscientes de lo peligroso que podía llegar a ser por culpa de su ubicación. Está justo encima de una colina de arcilla que no escapa a los desprendimientos y la erosión, motivo por el cual no se puede garantizar que siga en pie toda la vida. De hecho, hay edificios que han desaparecido derrumbándose desde sus 443 metros de altura.

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Solo 4 valientes se atreven a vivir en el pueblo, mientras que el resto de casas, más o menos un centenar, son como la segunda residencia de personalidades de la cultura y el mundo artístico, que sin duda alguna buscan la inspiración entre sus calles.

Esta reliquia medieval, que parece estar suspendida en el vacío, está a unos 120 kilómetros de Roma y llegó a estar dominada por los romanos, que al darse cuenta de su inestabilidad decidieron abanadonarla.

Si te apetece visitar Civita di Bagnoregio, debes saber que la entrada tiene un coste de 3 euros por persona entre semana, tarifa que asciende hasta los 5 euros los fines de semana. ¿Por qué? Pues porque hay que pagar el mantenimiento que requiere para seguir de pie.

¿Qué merece la pena ver?

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No podrás llegar hasta el pueblo en coche, ya que la única forma de hacerlo es a pie. Hay que atravesar un puente de cemento armado que fue construido por los propios habitantes con el objetivo de facilitar su día a día y atraer a los turistas, que no solo quedan maravillados con el puente de 300 metros que lo une a Bagnoregio, sino que también alucinan con la Puerta San Maria y con la iglesia románica de San Donato situada en la plaza principal. Además, no le falta un pequeño museo llamado Museo Antica Civitas que está situado en el interior de una vivienda.

Por último, debes saber que en época de turismo no estarás solo, puesto que hay restaurantes, bares, tiendas y hasta bed & breakfast para que puedas pasar la noche allí.

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