La mejor manera de conocer el arte en la “Ciudad del amor” es visitando todos los muesos que ofrece a todos los que deciden visitarla. Sus puntos más calientes son el Louvre, el Musée d’Orsay, y la Torre Eiffel, pero cuando estás agotado de lidiar con las multitudes en estos destinos típicos, explorar algunos de los museos de la ciudad es menos conocidos pero igualmente interesante, puede ser una maravilla.
La mayoría de estos museos se encuentran a poca distancia el uno del otro y tienen fácil acceso a las estaciones de metro, parques y cafés. El Museo de Cluny, por ejemplo, muestra un fascinante tapiz de la Edad Media, «La Dama y el Unicornio». En él se muestra a una exuberante mujer, flanqueada por un unicornio y un león en un jardín fantástico. Otro de los museos es el Marmottan.
Marmottan es el preferido por los amantes del impresionismo. Aquí se pueden encontrar más de 100 pinturas de Monet que iluminan las paredes con colores suaves. Para aquellos que prefieren el arte más actual, está el Museo de la Ciudad de Arte Moderno el cual ofrece una alternativa refrescante y más manejable que el Centro Pompidou, enorme (y masivamente lleno de gente).
El Museo del Traje recuerda a los visitantes la influencia en el vestir de París. Se pueden ver trajes hasta de María Antonieta. Para apreciar el entusiasmo francés por la cultura oriental, visita el Guimet. En él encontrarás la mejor colección de Europa de arte budista. El museo ultramoderno mundo árabe, se centra en la civilización árabe.