Los mejores Castillos de Lanzarote


En las Islas Canarias no solo puedes encontrar un destino de sol y playa durante prácticamente todo el año sino que cada una de ellas tiene también muchas otras cosas que ofrecerte. Una de ellas es Lanzarote, que es la isla más volcánica y en la que puedes encontrar un paisaje lleno de contrastes gracias a sus playas y volcanes. Esta isla pertenece a la provincia de Las Palmas y tiene como capital a Arrecife, que es en donde está el único aeropuerto que hay en la isla.

Entre los muchos lugares de interés que hay en la isla me gustaría destacar sus castillos, sin duda una de sus grandes atracciones y que tienen una belleza muy singular gracias al paisaje que los rodea, que no suele ser el típico paraje verde que suele rodear otros castillos. Estos son algunos de los castillos de Lanzarote:

Castillo de San Gabriel


Es del siglo XVI y se construyó para defender el Puerto de Arrecife, aunque poco después lo destruyó un pirata en una invasión (año 1586). En el año 1599 se reconstruyó totalmente y comenzó a ser utilizado con fines militares hasta más o menos el año 1950. Actualmente es alberga el Museo Arqueológico.

Castillo de San José


Se construyó en 1799 y también con el objetivo de defender el puerto de los ataques piratas. Nunca llegó a sufrir una amenaza militar real y se utilizó como polvorín hasta 1974. Desde entonces es el Museo Internacional de Arte Contemporáneo y tiene también un restaurante.

Castillo de Santa Bárbara


Se le conoce también como Guanapay ya que está en el Volcán de Guanapay. Se construyó en el siglo XVI para aprovechar una torreo de vigilancia que llevaba en pie desde el siglo anterior. Sufrió varios ataques con muchos daños en diversas épocas, y fue remodelado en el año 1590. Desde el año 1991 alberga el Museo del Emigrante Canario, en el que se puede descubrir la historia de la isla y también buena parte de la del archipiélago.

Castillo del Águila


Está en la costa de Papagayo, una de las zonas más turísticas de la isla, y se construyó en 1741 para proteger toda la zona del Rubicón. Se incendió por una invasión argelina y se reconstruyó en 1769. Es de planta circular y uno de los más bonitos de la isla.

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