Recorrido rupestre por la comarca de Ariège


El valle de l’Ariège, rodeado de montañas espectaculares, ha sabido conservar con el paso del tiempo, su rica tradición histórica en un entorno salvaje pero accesible. Su extensión abarca parte de los Pirineos centrales, culminando su altitud en el pico de Estat, a 3.143 metros.

Esta comarca posee numerosos atractivos turísticos: desde las cuevas prehistóricas más importantes de Francia hasta castillos de la época medieval. En el centro de la comarca, Foix destaca poderosamente por su castillo enclavado en una roca. La villa, además, ofrece al visitante numerosos encantos: el casco antiguo, restos de la época medieval, actos culturales y gran variedad de servicios y comercios.


A unos 37 kilómetros de Foix, la hermosa ciudad de Mirepoix, construida entre los siglos XIII y XV, alberga una de las catedrales más bellas de Francia.

Arte rupestre

Grotte de Niaux. En el valle de Vicdessos, esta gruta alberga una de las mejores colecciones de pintura rupestre de toda Francia. Entre 12.000 y 14.000 años atrás, los artistas de la prehistoria plasmaron su arte en forma de figuras de caballos, ciervos, bisontes y cabras. La gran sala circular del Salon Noir destaca notablemente por su magnífico estado de conservación, mostrando el esplendor del arte Magdaleniense.

Parc Pyrénéen de l’Art Préhistorique. Se trata de un complejo que recrea varias de las grutas más importantes, transportando al visitante a un pasado lejano, a través de la oscuridad de sus salas. Para realizar la visita, a cada turista se le proporciona un casco con infrarrojos y auriculares, que le servirán como guía. Ubicado en las proximidades de Tarascon.


Grotte de la Vache. Existen vestigios de presencia humana desde la época Magdaleniense como armas, huesos, esculturas y útiles. Está situada a un kilómetro de Niaux.

Grotte de Bédeilhac. Emplazada a unos seis kilómetros de Tarascon, esta enorme gruta posee gran cantidad de estalagmitas y dibujos de animales en sus paredes.

Grotte de Lombrives. Alberga una gran cueva de más de 100 metros, llamada La Cathédrale, y el recorrido se realiza en un pequeño tren.

Grotte de Mas d’Azil. Cercana a Foix, esta gruta se divide en otras más pequeñas y su entrada es un enorme túnel. Son numerosos los restos hallados de herramientas, huesos y piedras talladas.


Rivière Souterraine de Labouiche. Se trata de un río subterráneo de más de cinco kilómetros de longitud, cercano a la población de Foix. Un recorrido en barca nos mostrará la belleza de sus estalagtitas y estalagmitas iluminadas.

Historia y espeleología en Cantabria


La costa oriental de Cantabria abarca desde Somo, frente a la bahía de Santander, hasta el municipio de Castro Urdiales, en el límite con Vizcaya. En esta zona, sorprenden sus bellísimos paisajes como el cabo de Ajo, los acantilados de Langre, la ría de Treto, cabo Quejo, la bahía de Santoña, Oriñón y Ontón; las hermosas y extensas playas de Noja y Laredo, y los valles de Liendo y Guriezo. Gracias a la gran afluencia turística y el desarrollo de algunas industrias, se ha convertido en la zona más densamente poblada de toda la región.

Las localidades de Santoña, Colindres y Laredo cuentan con una importante flota pesquera y concentran en sus factorías la artesanía del salazón, así como la conserva de la anchoa y el bonito, productos de gran prestigio. Las delicadas almejas de Pedreña y las excelentes langostas de Isla se pueden degustar en tabernas y restaurantes próximos a los puertos.


Santoña

A 48 kilómetros de Santander se encuentra este municipio, especialmente reconocido por sus marismas de gran valor ecológico y reserva natural. Tienen una extensión de 6.678 hectáreas y abarcan parte de los municipios de Noja, Limpias y Colindres. Constituyen, además, un enclave único por la riqueza de su fauna marina y por ser lugar de paso para las aves migratorias.

Históricamente, los primeros indicios de población datan del Paleolítico Superior, según se desprende de los utensilios y el arte rupestre hallados en las cuevas del Perro y San Carlos. También se tiene constancia de un importante asentamiento romano, alrededor del siglo I, según las excavaciones realizadas en la zona de la iglesia.


Laredo

Situado en el Bajo Asón, este municipio se encuentra enclavado en un lugar privilegiado de la costa oriental de Cantabria. Posee la playa más extensa de todo el litoral y gran parte del Parque Natural de las Marismas de Santoña, Noja y Joyel.

Respecto a su patrimonio cultural, la Iglesia de Santa María de la Asunción es el edificio más relevante de la villa: declarada Monumento Histórico-Artístico Nacional por ser una de las construcciones góticas más importantes de España. La Puebla Vieja, conserva la antigua estructura urbana de la costa cantábrica durante los siglos XIII y XVII. Comprende seis calles, situadas alrededor de la Iglesia de Santa Maria de la Asunción, que albergan diversas edificaciones de gran importancia cultural e histórica. También son de gran interés histórico: el Túnel de la Atalaya, el Muelle de la Soledad, el Mirador del Abra , El Fuerte del Rastrillar, la Casa de las Cuatro Témporas o las Escuelas Dr.Velasco


Valle de Asón

En el interior de la parte más oriental de Cantabria se encuentra este gran espacio geofísico formado por los valles de Asón y Soba. Destaca por sus parajes de singular belleza, densamente poblados por hayas y encinas, y por el nacimiento del río Asón: una espectacular cascada de 50 metros de altura.

La extraordinaria abundancia de cuevas y simas han hecho de este valle, y sus alrededores, uno de los puntos de atención para espeleólogos de todo el mundo. Numerosas campañas de exploración han dado como resultado el descubrimiento de cientos de simas y cuevas, algunas de las cuales se encuentran entre las de mayores dimensiones conocidas: las cavidades del río Silencio (Rasines) tiene un total de 53 kilómetros de galerías exploradas; las de Cueto-Coventosa (Arredondo) sobrepasa los 30 kilómetros de galerías, con una profundidad de 815 metros; la sima de Garmaciega-Cellagua (Soba) también supera los 800 metros de profundidad; y la gran sala subterránea de la Torca del Carlista (Ramales) es una de las mayores del planeta.


Esta enorme riqueza espeleológica de la comarca de Asón se completa con el patrimonio cultural que atesoran muchas de estas cavidades, que sirvieron como refugio a diversos grupos humanos en la época prehistórica. Uno de los conjuntos de arte rupestre más importantes de la región se encuentra en torno a Ramales, en las cuevas de Covalanas, Cullalvera y La Haza.

Historia y naturaleza cerca de Santander


En el transcurso de los ríos Pas y Miera, limitando al norte con Santander y al sur con la provincia de Burgos, se sitúa la zona más característica de Cantabria: los valles pasiegos. Estos representan, como ninguna otra región, el vínculo entre sus habitantes (los pasiegos) y la tierra que poseen. En el curso de del río Pas destacan las localidades de Vega de Pas y San Pedro del Romeral, y en el del río Miera, San Roque de Riomiera: conocidas estas como las tres villas pasiegas.

Vestigios de historia

El río Pas nos conduce hasta Puente Viesgo, donde se localizan los primeros vestigios de una cultura prehistórica, en las cuevas del Monte Castillo. Se trata de un excepcional conjunto de arte rupestre, donde además está situado un gran balneario.


Hace más de 150.000 años, entre el Paleolítico y la Edad de Bronce, el hombre habitó esta zona, como así lo atestiguan las cuevas de Monte Castillo. Posteriormente, los romanos también dejaron su impronta en Campo Las Cercas, yacimiento arqueológico que evidencia los restos del campamento militar, asentado en la zona, con motivo de las Guerras Cántabras

En la Alta Edad Media, esta localidad constituyó un punto de vigilancia estratégico de los valles de Toranzo y Piélagos, pues era lugar de paso hacia la Meseta Castellana. La importancia de este territorio, así como el nombre de ríos y localidades, están recogidos en documentos que datan del año 1000.


Villasevil pertenece al municipio de Santiturde de Toranzo. Su iglesia de Santa Cecilia, declarada Bien de Interés Cultural, es una hermosa representación del románico. Data de finales del siglo XII, aunque con reformas posteriores, y en ella tuvo lugar la unión entre el príncipe Juan, hijo de los Reyes Católicos, y Margarita de Austria (1.497). La colegiata de Santa Cruz de Castañeda es otro hermoso legado del arte románico en la zona.

Naturaleza única

El Parque de la Naturaleza de Cabárceno se ha convertido en los últimos años en uno de los mayores atractivos turísticos de Cantabria. Situado en la comarca de Pas-Miera y a 15 km. de Santander, la localidad de Cabárceno nos abre paso a un espectacular paisaje geológico del karst (del alemán, meseta de piedra caliza), transformado en un extenso parque zoológico. Este parque, a su vez, forma parte de un espacio protegido más amplio: el Parque Natural de Peña Cabarga, con 26 kilómetros cuadrados de extensión y abarca la totalidad del macizo montañoso que domina la bahía de Santander.


Dentro de él, el Parque de Cabárceno se puede visitar fácil y cómodamente pues cuenta con una extensa red de pistas asfaltadas que permiten su recorrido en coche. Desde el punto de vista geomorfológico, el parque presenta un aspecto original e interesante: las rocas calizas que lo forman, son el resultado de un proceso de disolución kárstica o descomposición y desintegración de la roca por la intervención de agentes biológicos y atmosféricos.


Otra de las características más importantes de este parque es que constituye, además, una gran reserva faunística. Existe una completa y variada representación de animales autóctonos: lobos, ciervos, osos, jabalíes, corzos, rebecos…Aunque, sin lugar a dudas, la fauna exótica es la gran protagonista del parque. En él se pueden contemplar tigres, elefantes, leones, hipopótamos, hienas, jirafas, avestruces, cebras, camellos, canguros, llamas, antílopes, rinocerontes, monos, dromedarios….

Existen también varios lagos para la práctica de la pesca de truchas, miradores panorámicos, áreas de paseo, parque infantil, complejo hostelero, aparcamiento y tiendas.

Naturaleza excepcional en Montagne Noire


El macizo montañoso de Montagne Noire se encuentra dentro del Parque Natural de la región del Haut-Languedoc (Alto Languedoc), al suroeste del Macizo Central, en Francia. Con una edad de 360 a 300 millones de años, esta cadena montañosa presenta dos vertientes bien diferenciadas:
septentrional – zona predominantemente boscosa, caracterizada por la presencia de pinos, abetos y robles. Esta densidad de vegetación es la que da el nombre de Noir (negro) al macizo.
meridional – más árida y con una flora típicamente mediterránea (olivos, castaños), contrasta con la anterior por sus profundos barrancos, donde van a parar la mayor parte de las aguas del macizo.

Sin duda, el macizo es un lugar excepcional donde la naturaleza se manifiesta en sus formas más diversas y caprichosas. Lagos, arroyos, cañones y bosques conforman los elementos de un entorno ideal para disfrutar con los cinco sentidos.

Lugares para descubrir

Mazamet – Encantadora ciudad situada a los pies del macizo, en el departamento de Tarn. Fue fundada por los visigodos como Hautpoul en el año 413 y construida a modo de fortaleza sobre un pico, bajo el que se dominaban los valles colindantes. Siglos más tarde,el asentamiento de Simon de Montfort, principal protagonista en la Cruzada Albigense contra los cátaros en Hautpoul (año 1212) provocó el desplazamiento de sus habitantes hacia el valle para construir la nueva Mazamet.

Hoy día, la fortaleza medieval de Hautpoul, constituye el legado de una historia marcada por sangrientas batallas de religión. Sus muros albergan artesanos y talleres para preservar la historia y el patrimonio del lugar.

A los pies de esta villa medieval, la Maison du Bois ofrece una exposición del hermoso arte de la madera, rodeado de un espectacular Jardín Botánico con más de 54 especies diferentes.

Para viajar al siglo XIX, la Casa de los Recuerdos recrea el escenario de la boda de sus propietarios en un salón de época. Además, se puede descubrir la historia y la fe cátara, en una exposición ubicada en la primera planta de la casa.

Para disfrutar del ocio y el deporte en un entorno natural, el Lago de las Montañas, dispone de la más variada oferta en actividades: rutas de senderismo, pista de fitness alrededor del lago (2.7 km), senderos para ciclismo, zonas de picnic con barbacoa, zona lúdica para niños, natación en el lago bajo supervisión o mini-golf.


Clermont l’HéraultCapital de la uva de mesa, esta villa posee además la iglesia gótica de Saint Paul, el castillo feudal y el Lago de Salagou. En sus proximidades también se puede descubrir el espectacular circo de Mourèze, donde la erosión milenaria ha esculpido la roca dando lugar a extraños relieves ruininiformes.


Les Matelles – Pintoresca ciudad medieval rodeada de murallas y con museo sobre la Prehistoria.


Montolieu – Célebre ciudad de la Montaigne Noire donde libreros y encuadernadores han instalado sus talleres. A visitar el Museo de artes y técnicas gráficas.


Saint Guilhem le Désert – Ciudad medieval fundada por Guilhem, duque de Aquitania. De su Abadia de Gellone, construida en el año 804, solamente se conservan la iglesia, el portal y el campanario del siglo XV. Interior románico, claustro y museo lapidario donde reposan los restos de Saint-Guilhem. En sus alrededores se encuentran las Gorges de l’Hérault, con el Pont du Diable (siglo XI), el puente gótico en Saint Etienne d’Issensac y la Gruta de Clamouse.

Lamalou les Bains Estación termal a los pies del Mont Caroux y l’Espinouse. Dispone de un pequeño tren turístico que va de Bédarieux a Mons-la-Trivalle, pasando por Lamalou les Bains y las Gorges d’Héric.


Viols le Fort – Ciudad medieval con castillo del siglo XIII. En sus cercanías se encuentra el poblado prehistórico de Cambous, con exposición permanente sobre la prehistoria.

Emérita Augusta, la Roma de Extremadura


Situada al suroeste de España y al norte de la provincia de Badajoz, la ciudad de Mérida se encuentra en el centro geográfico de la región. Desde el año 1993 ha sido considerada Patrimonio de la Humanidad por la cantidad de edificios públicos, monumentos y estructuras de la época romana que conserva. No obstante, esta presencia de historia contrasta con la modernidad de sus edificios de nueva construcción, en una serena convivencia entre pasado y futuro. Gracias a su papel como capital de Extremadura, su inmejorable ubicación geográfica y las excelentes infraestructuras en la red viaria, Mérida dispone de una amplia oferta hotelera.

Historia

Emerita Augusta, fue fundada por Octavio Augusto, en el año 25 d.C., para los soldados licenciados de las legiones veteranas de las Guerras Cántabras. De ahí el nombre de emérita (eméritus en latín significa retirado), haciendo alusión a los soldados jubilados con honor.

Durante siglos, Emérita Augusta vivió una etapa de gran esplendor hasta la caída del Imperio Romano de Occidente, convirtiéndose en un importante centro jurídico, económico, cultural y militar. Prueba de este esplendor son los edificios que aun perduran como testimonio viviente de una cultura que también es la nuestra.

Legado arquitectónico

Teatro y anfiteatro . Estas dos soberbias construcciones conforman el conjunto más importante de la ciudad:


Teatro. Destaca por ser el mejor conservado de occidente que data del año 15 a.C., y por su escenario, construido por Trajano en el siglo II d.C. Lo más destacado de este magnífica edificación son la escena y la orchestra. De los graderíos, es notable el estado de conservación de su sistema de vomitorios y galerías, además del revestimiento que los cubre.

Cada año, en la temporada estival, se realizan representaciones teatrales y actuaciones de cantantes que atraen a miles de visitantes.


Anfiteatro. A pesar de su estado, la estructura es perfectamente visible. Lo más interesante de esta construcción es el palco de autoridades, situado frente a la entrada principal. Fue inaugurado en el año 8 a.C. y su capacidad se estima en unos 15.000 espectadores.

Casas romanas. Existen varias villas romanas en diferente estado de conservación pero las más interesantes son las del mitreo y la del anfiteatro. En ellas se pueden observar el hipocausto (sistema de calefacción por el suelo) y los pavimentos:

Casa del Mitreo. Su nombre se debe a que en las proximidades se encontraron restos de un santuario dedicado a Mitra (dios de la luz solar, de origen persa y adoptado por los romanos). Su antigüedad se estima entorno al siglo II d.C., y en ella se pueden observar el atrio, el peristilo y un mosaico con motivos cosmológicos, además de la estructura general de toda la edificación, gracias a un sistema de plataformas elevadas.

Casa del Anfiteatro. En las inmediaciones del anfiteatro se pueden visitar dos casas. Una data del siglo I d.C., en la que se puede observar su peristilo (galería de columnas que rodean el interior de la casa). La otra, data del siglo II d.C., de la cual destacan sus interesantes mosaicos y su hipocausto.


Alcazaba y puente romano

La alcazaba ofrece la posibilidad observar los restos de tres culturas diferentes: romana, visigoda y musulmana, puesto que fue construida en el año 835 d.C. (tras la ocupación musulmana) sobre unas ruinas romanas y visigodas.

Las dimensiones del puente son de 792 metros de largo por 12 metros de alto y unos 60 arcos. Ha sido reconstruido en repetidas ocasiones debido a la fuerza de la corriente del río Guadiana, a pesar de sostenerse sobre núcleos de hormigón.

Calzada romana. Existe un tramo en excelente estado de conservación paralelo a un muro.

Casas y tabernas. Se pueden observar varias edificaciones romanas, así como elementos arquitectónicos. Uno de estos edificios importantes en la vida cotidiana eran las tabernas, donde se servían comidas, bebidas y otros alimentos.


Templo de Diana. Su construcción se estima alrededor del siglo I a.C., y debió estar dedicado al culto imperial.

Arco de Trajano. Estaba destinado a señalar la entrada a un recinto sagrado y mide unos 15 metros de altura.


Acueducto de los Milagros. Llevaba el agua desde el embalse de Proserpina hasta la ciudad, salvando el río Abarregas. Mide 830 metros y alcanza 25 metros de altura. Es una magnífica obra de ingeniería.

El circo. Es una de las construcciones peor conservadas. Data del siglo I a.C. y su aforo alcanzaba los 30.000 espectadores. Apenas se pueden apreciar los graderíos, aunque si la parte central, alrededor la cual giraban los carros.

Museo Nacional de Arte Romano. Este museo recopila una interesante colección de materiales encontrados en la zona, que se muestran de forma perfectamente organizada. Existen varias salas donde se explican aspectos fundamentales de la vida y cultura romana.

Los poblados íberos de Lleida


Los ilergetes eran una de las tribus íberas que ocupaban el territorio llamado Ilergecia, cuya capital era Iltirta, la actual Lleida. Unos 2.700 años atrás, estas tribus vivían en poblados que acostumbraban a estar sobre cerros y rodeados de murallas, por razones defensivas. Estas murallas se caracterizaban por tener las torres de defensa en forma circular o cuadrada, y las puertas exteriores estrechas, para una mejor defensa del poblado.

Lleida es un ejemplo de ciudad originariamente ibérica, ya que poseía un pequeño poblado amurallado sobre la Roca Subirana. Otra muestra son las ruinas de Gebut, en Soses (Segrià), Molí de l’Espígol, en Tornabous (Urgell), els Vilars, en Arbeca (Les Garrigues) y otros tantos diseminados por la comarca.


Els Vilars (Arbeca), constituye uno de los poblados únicos en toda Europa. Al parecer, una sociedad enigmática erigió una fortaleza inexpugnable en este poblado situado a 4 kilómetros de Arbeca. En aquella época, las armas eran un tanto rudimentarias, por lo que su inmensa muralla era la mejor garantía para una defensa eficaz. Con cinco metros de anchura, doce torres de defensa y un foso de cuatro metros de profundidad por trece de ancho, los arqueólogos se preguntan el porqué una muralla de estas características. Teniendo en cuenta que nos situamos en plena edad del hierro, este tipo de muralla, por su magnitud, habría soportado un combate medieval. Lejos quedaba todavía la invención de la catapulta.

Por los vestigios encontrados, se sabe también, que se trataba de una sociedad pequeña y rica. Además del cultivo de las tierras, la crianza de caballos era una de las actividades de los ilergetes en Els Vilars. Sin embargo, en el año 350 a C., el poblado fue abandonado por razones que se desconocen. No hay signos de batalla y el perímetro de la fortaleza, así como la delimitación de las casas, continúa intacto.


Molí de l’Espígol, es uno de los yacimientos más importantes de Cataluña ya que constituye uno de los ejemplos urbanísticos más evolucionado entre los ilergetes. La ciudad se divide en dos espacios bien diferenciados: por un lado se encuentra el ámbito urbano, con restos visibles que se pueden visitar, y por otro, el ámbito suburbano, que se extiende más allá de las murallas. En la parte suroeste todavía se puede apreciar la existencia de un antiguo estanque, posiblemente destinado al abastecimiento de agua.

Su momento de esplendor se sitúa entre los siglos IV y III a.C., época en la que el poblado experimentó un importante crecimiento, pasando a ser un punto clave en la capitalización del territorio, donde residía cierto poder político. Posteriormente, hacia el año 200 y con motivo de la II Guerra Púnica, comienza el deterioro de la ciudad.

Gebut (Soses), también citado en algunos escritos grecolatinos por la importancia de sus príncipes Indibil y Mandoni. A 500 metros del núcleo urbano, se encuentran los vestigios de este, no menos, importante poblado ilergete que aparece prácticamente completo, con una calzada central, calles transversales y la planta de los edificios.

Son numerosos los hallazgos de diferentes épocas de la historia que han aparecido en la zona. Desde restos de huesos de mamíferos fosilizados, caparazones de tortugas de la era terciaria hasta vestigios de la época romana y un castillo sarraceno que corrobora el origen islámico de la población de Sosses. El fósil de cocodrilo de más de 35 millones de años, en una estado de conservación excelente, se expone en la biblioteca de la población.