Escocia: ruta por lugares con mucha historia

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El verano es una época del año que es ideal para viajar. Además, no hace falta irse muy lejos para salir al extranjero porque en los países más cercanos hay auténticas joyas que ver. Es el caso de Escocia. Aunque parece un territorio pequeño, lo cierto es que tiene una rica y extensa historia presente en todos los lugares. Aparte de las visitas más turísticas y las que siempre se realizan en los tours organizados, hay múltiples opciones y posibilidades de recorrerla. En esta ocasión, vamos a hacer un recorrido por lugares con mucha, mucha historia. Algunos de ellos son muy populares, pero otros quizá no tanto. ¿Te atreves?

Los enclaves

La primera parada se hace en Edimburgo porque es obligatorio. Y aunque su castillo forma parte del recorrido turístico y habitual, no puede dejarse al margen de cualquier ruta porque es el más famoso de todos los castillos de Escocia, cuya parte más antigua data del siglo XII.

Visita obligada es igualmente Gladstone’s Land, una institución del casco antiguo de Edimburgo que permite ver cómo se vivía en el siglo XVII y observar las características escaleras de piedra, las pequeñísimas ventanas y la decoración de aquella época.

El recorrido continúa con la Capilla de Rosslyn, que se caracteriza por su misteriosa mampostería. Además, está en un entorno de gran belleza a las afueras de Edimburgo, siendo otro de los atractivos que justifican su visita.
Los museos tampoco faltan en esta ruta. En St Andrews, hay que ver el R&A World Golf Museum para conocer 500 años de historia de este deporte no solo de este país, que es la cuna del golf, sino en todo el mundo. También está cerca del campo Old Course de St Andrews.

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El Palacio de Falkland y sus jardines son otra buena opción si se viaja por Escocia. En este caso, permite conocer auténticos objetos del siglo XVII, los techos pintados y tapices, así como la pista real de tenis más antigua del mundo. Un lugar que era el favorito de María Estuardo, Reina de Escocia.

La ruta avanza hacia Fort George, un cuartel construido tras la batalla de Culloden, en 1746, con el fin de evitar levantamientos jacobitas. Es un destino ideal para conocer la historia militar y su visión en el siglo XVIII. Tampoco podemos olvidar ir a Skara Brae, un pueblo neolítico construido hace unos 5.000 años que, además, es el mejor conservado de Europa. De este modo, se recomienda explorar Skara Brae y los antiguos emplazamientos que forman parte del Corazón Neolítico de las Orcadas.

No se puede dejar Escocia sin visitar el monumento nacional a William Wallance, que se halla en Stirling. Aquí se puede ver no solo la estructura por fuera, sino también por dentro para conocer la historia de este guerrero que llevó al ejército escocés a la victoria de la batalla del Puente de Stirling. Allí igualmente es posible ver la espada de Wallance. Si se dispone de tiempo, es recomendable subir la cima del Monumento Nacional a William Wallance desde el que se ven unas magníficas vistas.

Y, sin dejar Stirling, el recorrido nos lleva a su castillo para ver los muros, esculturas detalladas y unos bellos jardines. No en vano es una fortaleza con una gran importancia histórica a nivel mundial. En su día, fue la residencia preferida de la dinastía Stewart, que gobernó Escocia durante cientos de años. Sin duda, un gran colofón para este recorrido, aunque todavía hay muchos más monumentos y lugares en el país que bien merecen ser visitados. Es imposible verlos todos en un mismo viaje, a no ser que la estancia sea prolongada. Toca así volver.

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