La Quebrada, un salto de vértigo en Acapulco


¿Eres de esos amantes del riego que recorren el mundo en busca de rocas desde donde lanzarse? Pues entonces seguro que habrás oído hablar sobre la Quebrada, un acantilado de 45 metros de altura situado en el puerto de Acapulco, en el sur de México.

Cada verano suelen aparecer en televisión noticias, siempre dramáticas, sobre saltos desde acantilados. Sin embargo, se trata de un deporte que, a pesar de ser extremo, cuenta con una larga tradición y practicado con seguridad en espacios controlados puede ser un gran espectáculo. La Quebrada es uno de ellos. ¿Quieres conocer este magnífico lugar más a fondo?

El salto

Desde 1934 se efectúan en la Quebrada los famoso saltos o clavados (zambullida vertical), que deben realizarse cuando el nivel del mar es el más alto. Desde entonces es una de las mayores atracciones turísticas de Acapulco.


Los clavadistas o clavados son chicos de la zona (de 17 a 45 años) que practican este salto acrobático. Cada día hay cinco presentaciones de estos valientes deportistas; las más espectaculares e inolvidables son las nocturnas, pues se lanzan llevando una antorcha en cada mano. Existe un mirador público desde donde se puede apreciar el salto a cambio de una propina para los clavadistas. La mejor vista, sin embargo, la proporciona el club La Perla, aunque la entrada tiene un coste.

Para realizar el salto, los clavadistas escalan el acantilado, por un camino que se formó al dinamitar la quebrada durante unas obras en 1934. En el punto más alto existe una plataforma y un pequeño santuario, donde los clavadistas realizan un ritual y algunos ejercicios de estiramiento, antes de lanzarse al vacío.

Hermosos amaneceres y atardeceres

Además de observar el fantástico y vertiginoso espectáculo de los clavadistas, desde este punto se pueden observar las maravillosas puesta de sol y sus amaneceres.

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