Recorrer el sur de Francia es una experiencia inolvidable, sobre todo si decides hacerlo a través del Canal du Midi, ya que se trata del canal navegable más antiguo de Europa, un tesoro considerado Patrimonio de la Humanidad que cruza el país conectando el océano Atlántico y el mar Mediterráneo.
Durante el reinado de Luis XIV se llevó a cabo su construcción gracias al buen hacer del ingeniero Pierre-Paul Riquet, que puso todo su empeño para dar forma a una vía fluvial excepcional, de la que por cierto también se puede disfrutar recorriéndola en bicicleta o a pie.
Su construcción
Decir que construir el Canal du Midi fue fácil sería mentir. Más de 15.000 trabajadores se dejaron la piel durante 15 años para completar sus nada más y nada menos que 214 kilómetros, que son los que unen Sète y Toulouse. Se construyó en 1666 y se logró solucionar el mayor problema que presentaba: el del abastecimiento de agua.
Durante sus primeros años se utilizó para el transporte de personas y mercancía, además de ser una buena vía para el correo. Al principio eran caballos los que se encargaban de tirar de los barcos cabalgando por los caminos paralelos al canal, pero más adelante fueron sustituidos por motores y a día de hoy su utilidad ha cambiado por completo. Se trata de una atracción turística más que no conviene perderse.
Un paseo por el nuevo Canal du Midi
Si tienes la oportunidad de viajar por el Canal du Midi en barco, no te lo pienses mucho y hazlo, ya que no te arrepentirás. Sus más de 60.000 árboles, algunos de ellos de gran tamaño, hacen que el recorrido sea una maravilla, lo mismo que se puede decir de algunos pueblos como Castelnaudary o ciudades como Carcassonne. Además, la vista no es lo único que se alegrará gracias a los bucólicos paisajes que recorren el canal, sino que también podrás degustar quesos artesanales o deliciosos vinos.
Podrás recorrerlo en barco desde finales de marzo hasta principios de noviembre. Para ello, te recomiendo alquilar una embarcación en una empresa como Nicols, ya que son especialistas en cruceros fluviales desde hace muchos años y ofrecen todo tipo de planes: desde los que contemplan un itinerario para 2 días hasta los que están pensados para unas vacaciones de 10 días.
Cualquiera pueda manejar una embarcación para llevar a cabo la ruta a su aire. En Nicols te explican el funcionamiento y las reglas que hay que respetar para pasar por sus 63 esclusas, que son auténticas obras de ingeniería que hacen posible recorrer el canal de una punta a otra sin preocuparse por los desniveles. Todo ello a una velocidad que no supera los 6 kilómetros por hora.
Para terminar, hay que decir que la opción de pasear en barco no es la única que tienes a tu alcance. También puedes ir en bicicleta, ya sea con la tuya o con las que podrás alquilar cerca del canal. Y eso no por hablar de la posibilidad de ir andando, algo muy recomendable si se quiere ejercitar el cuerpo, ya que los caminos son bastante llanos y no es necesario estar en una gran forma física para recorrerlos.