Islas griegas para vivir un verano diferente (que quizá no conozcas)

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Grecia es uno de los países más turísticos, especialmente, para el verano porque tiene una gran belleza y es una buena combinación de sol y playa y lugares para ver y conocer su cultura. Además de las ciudades más conocidas como, por ejemplo, Atenas, también tiene numerosas islas, que son elegidas por muchos turistas cada año. Mikonos o Santorini son algunas de las más populares y conocidas para el verano, pero también hay otras opciones de gran belleza y que, quizá, sean menos famosas. Aquí hacemos una propuesta que puedes tener en cuenta para este verano o bien para cualquier fecha porque cualquier momento es bueno para viajar a Grecia.

Las islas

Una de las opciones para visitar es la isla de Andros, que forma parte de las llamadas islas Cícladas. Entre sus principales características está el hecho de ser un destino muy tranquilo en el que se puede conocer la auténtica Grecia porque se preserva todo su encanto de antaño y costumbres.

Es un destino que, además, sorprende a muchos visitantes porque su tierra es muy fértil y verde porque cuenta con muchos arroyos y manantiales. Esto hace que sea un lugar ideal para los senderistas o para aquellas personas a las que les gusta estar en contacto con la naturaleza.

Entre los principales puntos de atracción o de interés en esta isla están Gavrio, Batís, Aidonia, Mesaria y Hora, que es su capital. Y, por supuesto, visita obligada son sus playas. Entre las más bellas o sorprendentes están Agios, Petros, Kipri o Chrissi Ammos.

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Otra buena opción para vivir unos estupendos días en Grecia es Astypalia. Esta isla es una de las 12 principales del Dodecaneso. Es un destino que llama mucho la atención porque está formada por dos masas de roca, que están unidas por un istmo en el centro.

A pesar de ser una masa rocosa, la isla ofrece numerosos atractivos para ser visitada como sus playas, que son espectaculares, así como sus acantilados. La ruta se puede completar con una ruta por los pueblos de la zona, que se caracterizan por tener las casas blancas, color que contrasta con el azul del Mar Egeo.

Y, por supuesto, también se pueden recorrer las numerosas iglesias y capillas, así como las ruinas de antiguos templos, columnas y otros restos, que aún se preservan y que forman parte de su historia.

Muy llamativa es también la isla de Amorgos, que es otra de las que están situadas en el Mar Egeo. En concreto, es la más oriental de todas las que conforman las Cícladas. Uno de sus elementos más llamativos es el monasterio de Jozoviótisa, que es pequeño y se fundó en el siglo XI. Pero esto no es lo más característico, al menos, visualmente. Este monasterio sorprende porque cuelga en medio de un acantilado a 300 metros sobre el mar.

Es una isla que es muy visitada por esta particularidad, pero no hay problema por ir en verano, ya que cuenta con dos aeropuertos. También es posible acceder a ella a través de ferris, que enlazan con la isla a diferentes horas del día.

Y, finamente, tenemos que hablar de Milos. Quizá está sea la más conocida de las cuatro islas. No obstante, quien la visita se queda encandilado con ella. Y, ¿cuál es el motivo? La clave está en el agua, que es la más azul de todas las islas Cícladas.

Además, en ella se localizan algunas de las playas que están consideradas como las más bellas del mundo. En total, suma 71. A todo ello se añade un paisaje casi virgen, así como los pueblos situados en esta zona. Además, es un buen destino para conocer la gastronomía griega, siendo uno de los lugares en los que mejor se come. ¿Necesitas más razones para ir?

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