Situada al norte del país, Harbin es la capital de la provincia de Heilogjiang, y la ciudad más fría de China. Sin embargo, las bajas temperaturas no le han robado ni un ápice del interés turístico que despierta. De hecho, es una de los enclaves urbanos más visitados.
La ciudad cobró gran importancia cuando se construyó el ferrocarril entre Vladivostok y Dalian. De hecho Harbin fue ocupada por los rusos durante la revolución rusa, quienes dejaron su huella. De hecho, se la conoce como el Moscú de Oriente.
Con aires rusos
Harbin es una ciudad realmente interesante. La influencia rusa se deja sentir en todas partes: en la arquitectura, la gastronomía, en la cultura… Esta diversidad la convierte en uno de los destinos más atractivos de China. Debido a sus bajas temperaturas, que descienden increíblemente en invierno, en Harbin se celebra cada año el Festival Internacional de Nieve y Hielo, en el que artistas de todo el mundo crean asombrosas figuras de hielo.
Un lugar interesante que podréis visitar si viajáis a Harbin es la Avenida Central, con casi un kilómetro y medio de largo (es una de las calles peatonales más largas de Asia). Está pavimentada con adoquines y a ambos lados se levantan más de 70 edificios, de estilo chino y europeo, con todo tipo de establecimientos.
No os perdáis tampoco la iglesia de Santa Sofía, ortodoxa rusa, que comenzó a construirse en 1903. Su arquitectura bizantina es única en China. O el hermoso templo budista Jile, de 1920. En Harbin hay muchas cosas que ver.
Y para pasear entre árboles, nada como visitar los parques y jardines de Harbin, al menos los más conocidos. Yo destacaría el Parque Isla Sun, conformado por varias islas naturales en el río Songhua. Muy visitado tanto en verano como en invierno, cuando se puede patinar sobre hielo. También es interesante el Parque Stalin, de 1953, y que nació como fruto de la amistad entre Rusia y China.