Conocer Katmandú


Katmandú se ha convertido en un gran punto de referencia para todos aquellos viajeros que deciden viajar por Nepal. La ciudad abrió sus fronteras a los extranjeros en la década de los años 50. Los primeros visitantes fueron los geógrafos y los alpinistas que llegaron con la idea de escalar algunas de las montañas más altas del mundo, aunque pronto el turismo se hizo más hippie. Los viajeros siguen llegando a Katmandú en busca de la iluminación divina.


En Katmandú, los cibercafés, las tiendas y los restaurantes, están al lado de los antiguos templos y las grandes estatuas. Esto se puede ver claramente en el casco antiguo, que se extiende desde la Plaza Durbar hasta Thamel, el principal centro de reunión de los excursionistas y mochileros. Muchos de los impresionantes templos de Katmandú y sus palacios, fueron construidos durante el periodo de la dinastía Malla que duro desde el siglo XIII hasta el XVIII.


Durante todos esos años, Katmandú compitió con sus rivales más directos, Patan y Bhaktapur para ver quién era capaz de construir los monumentos civiles más lujosos. Los tres reinos se unieron finamente bajo el mandato de la misma dinastía, la de los Shah en 1768. En respuesta a la corrupción generalizada, el ala maoísta del Partido Comunista de Nepal declaró una guerra popular contra el gobierno y la monarquía en 1996.

Tras el asesinato del rey Birendra y otros nueve miembros de la Familia Real por el príncipe heredero Dipendra en 2001, el nuevo rey, Gyanendra, asumió el control directo. Esto llevó al pueblo a movilizarse en diferentes disturbios masivos. La democracia fue restaurada en 2006 y los maoístas declararon un alto el fuego unilateral. Katmandú espera ahora un nuevo futuro como la capital de la República Democrática Federal de Nepal.

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