La Plaza Mayor de Salamanca


Salamanca es una ciudad increíble, llena de cultura, de monumentos, de historia… Pasear por su casco histórico es una experiencia inolvidable, sobre todo en primavera. Uno va admirándose con palacios y edificios históricos y, cuando cree que lo ha visto todo, de repente se topa con la Plaza Mayor, una maravilla de estilo barroco como hay pocas.

Los salmantinos la llaman, en familia, “la plaza”. Para ellos es acogedora y cotidiana. Sin embargo, para el turista es una de las más bellas y destacadas de España. Te contamos algunas curiosidades sobre la Plaza Mayor de Salamanca.

Joya del barroco


Se trata de una plaza de estilo barroco, pero también posee influencias herrerianas y renacentistas. La forma de su planta no es cuadrada, sino más bien tiene forma de trapecio. Esto es así porque, cuando se construyó, no fue posible la expropiación de algunos de los edificios existentes, lo que obligó a un desfase de varios metros en las medidas de los edificios que componen el recinto.

Las obras se iniciaron en 1729, bajo las directrices de Alberto de Churriguera, y comenzaron por el pabellón Real, al este, y por el de San Martín, al sur. Cuando Churriguera murió, en 1755, tomó el relevo Andrés García de Quiñones, quien cerró la plaza con el pabellón de Petrineros, al oeste, y el edificio del Ayuntamiento, al norte. Este es el único que es diferente, para hacer notar la preeminencia del poder municipal. El arco central del pabellón Real es el más ornamentado de la plaza, mientras que si sales por el arco del Toro (que da a la plaza de Abastos) podrás observar la fachada exterior de la Plaza Mayor, sobria y recatada.

Con sus 88 arcos, 247 balcones, 9 puertas y 2 pasajes, la Plaza Mayor es la cumbre estética del barroco, la exaltación de las plazas mayores castellanas. Hoy es un hervidero de actividad, llena de bares de moda, de cafés y terrazas donde los turistas se mezclan con los salmantinos. En sus alrededores la ciudad guarda tesoros increíbles, comenzando desde la propia catedral, la plaza del Corrillo o la iglesia románica de San Martín.

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