Talavera de la Reina es un municipio muy conocido por su cerámica. La tradición en esta localidad data desde hace alrededor de 600 años. Fue entonces cuando se comenzó a elaborar con los característicos colores: azules de óxido de cobalto, negros de manganesos, verdes de cobre, amarillos de antimonio y naranjas de óxido de cobalto de hierro. Con todos ellos se hacían unos dibujos que están reconocidos como Patrimonio de la Humanidad. Más allá de este arte, Talavera de la Reina tiene otros muchos encantos, aunque muchas veces siguen vinculados con la cerámica. Normal que muchos turistas quieran tener la international driving license para recorrer ciudades tan bonitas como esta.
Los puntos de interés
Dentro de los atractivos de Talavera de la Reina se encuentra la Basílica de Nuestra Señora del Prado, patrocina de la ciudad, que fue denominada como Reina de las Ermitas por el rey Felipe II. No obstante, los habitantes la conocen como la “Capilla Sixtina” de la cerámica, título que igualmente procede del mismo monarca.
En sus paneles exteriores se observa un recorrido por la historia de la cerámica talaverana, mientras que en el pórtico principal hay un friso con escenas muy bellas de Adán y Eva y varios motivos religiosos. También merece la pena ver los púlpitos.
Junto a la basílica se encuentran los Jardines del Prado. Este lugar está concebido tanto como punto de devolución religiosa, así como de esparcimiento, ocio y belleza natural. Se puede recorrer la arboleda y la zona junto al Tajo, zona que conforma uno de los parajes naturales más bellos.
Otro punto de interés es la Iglesia de Santa María la Mayor, conocida como La Colegial. Aquí hay que fijarse en el retablo del Cristo del Mar y en el de los Santos Mártires, obra de Ruiz de Luna.
También tiene una gran belleza el claustro donde están los restos de Fernando de Rojas, autor de La Celestina, que es uno de los notables habitantes de esta ciudad en la que tiene además una escultura frente al antiguo ayuntamiento, cerca de la iglesia de la Plaza del Pan.
Precisamente, este último enclave es uno de los más bellos de Talavera y centro neurálgico de la ciudad. Destaca por su estilo renacentista y la incorporación de la cerámica a diversos de sus elementos como bancos y fuentes, entre otros.
El recorrido también nos lleva a visitar el Convento de Santa Catalina con su escalera volada para acceder al coro, la sacristía de planta octogonal o los grandes contrafuertes construidos por Juan de Herrera.