Francia es mucho más que París. Cierto es que su capital es uno de los mayores atractivos no solo del país, sino del mundo. Pero el territorio francés alberga muchos territorios y zonas que bien merecen una visita porque sorprenden y muy gratamente. Y uno de esos recorridos es precisamente descubrir su pasado romano. Una ruta de gran belleza que, además, es una manera diferente de recorrer Francia.
Nîmes
La ruta para conocer los resquicios de Roma en el país francés tiene un epicentro: Nîmes. Esta localidad es un destino de proximidad, pero que tiene un gran patrimonio histórico y artístico. No en vano, es conocida como la “Roma Francesa”.
En esta localidad están situados algunos de los monumentos romanos que están mejor conservados en todo el mundo como es el caso de su anfiteatro, que acogió la lucha de bestias salvajes y gladiadores desde finales del siglo I después de Cristo. Este espacio hoy permite que se celebren diversas actividades, que van desde las corridas de toros hasta los congresos, conciertos o eventos deportivos.
La muralla romana, así como el templo La Casa Cuadrada o La Torre Magne son otros de los atractivos que se pueden visitar en esta ciudad en la que tampoco hay que dejar de ver los Jardines de la Fuente o el mercado, que es uno de los lugares más concurridos de la localidad.
El patrimonio romano contrasta con el resto de la ciudad, aunque se han aunado, para crear una localidad con un centro peatonal, que invita a pasear y a disfrutar de un ambiente muy relajado.
Gastronomía
Y, además de todo el arte y patrimonio, Nîmes también es conocida por su rica gastronomía. Entre los platos que se recomiendan probar está la brandada de bacalao, que es original de esta zona.
Por supuesto, en la lista gastronómica también figuran los quesos y el foie, que pueden acompañarse de unos ricos vinos de las Costières de Nîmes, que son uno de los viñedos más antiguos y extensos de toda Francia.