Hay varias cosas que no pueden faltar en tu maleta a la hora de viajar a otros países. La primera de ellas es tu pasaporte –aunque no lo necesitarás si viajas dentro de la zona Schengen–, y seguro que tampoco te olvidarás de meter en la mochila tus antihistamínicos, una buena powerbank, tu móvil y, tal vez, una tablet para ver películas.
Aquello de llevar un mapa plegable, una guía de viaje y un pequeño diccionario ya es cosa del pasado. Ahora lo tenemos todo mucho más a mano gracias a la conectividad digital, que incluso nos permite traducir los carteles o las etiquetas del supermercado utilizando un sistema de realidad aumentada como Google Lens.
Sin embargo, conviene tener presente que no todos los países tienen las mismas leyes, y que la actividad en internet –o incluso tus propias apps– pueden funcionar de forma distinta en ellos. Esto puede resultar simplemente una molestia, o podría llegar a meterte en algún problema si visitas por accidente alguna página web que no esté permitida en tu país de destino.
Las restricciones de las plataformas de streaming, las más habituales
Vayamos por partes. Imagina que viajas a Tailandia y, después de un largo y duro día de tomar el sol en la playa, vuelves al hotel y te apetece seguir viendo tu serie favorita en Netflix. Sacas el iPad de la mochila, abres la app y te encuentras con un mensaje de error que te dice que tu cuenta de Netflix es de España, y no de Tailandia, así que no puedes usarla desde allí.
Este es un buen ejemplo de lo útil que puede resultar tu iPad VPN a la hora de viajar. En esta circunstancia basta con que conectes tu VPN a un servidor de España y reinicies la app de Netflix. Entonces detectará una IP española y te permitirá seguir disfrutando de tus series, a las que sigues teniendo derecho tanto si viajas como si no. Al fin y al cabo, las estás pagando.
Las VPN, además, suelen tener la ventaja añadida de permitirte usar la misma suscripción para un amplio número de dispositivos. Después de instalarlas en tu ordenador, tu móvil y tu tablet, seguramente podrás instalarlas también en los dispositivos de tu pareja o los de tus hijos, lo que hace que la suscripción sea mucho más rentable.
Evadir la censura, entre los grandes compromisos de las VPN
El segundo caso de uso de una VPN en el extranjero pasa por la censura gubernamental. En los últimos años se está acelerando cada vez más el debate sobre el control de internet y los riesgos que puede presentar para la libertad de expresión, sobre todo a raíz de las prácticas gubernamentales llevadas a cabo en países como China, Rusia o Irán, entre otros.
Aunque es poco probable que te vayas de vacaciones a Corea del Norte, sí puede ocurrir que visites un país con leyes más estrictas en torno al uso de internet. Estas leyes pueden restringir el acceso a ciertos medios de comunicación, a páginas web de apuestas y a otras plataformas digitales consideradas perniciosas por parte de sus gobiernos.
En muchos casos, cuando estos países están abiertos al turismo, tienden a usar una doble vara de medir y a ser más flexibles con los hábitos online de los extranjeros. Sin embargo, un paso en falso o un simple mal día pueden causar problemas durante tus vacaciones, y, en este caso, la protección de tu tráfico con una VPN puede ser la mejor forma de prevenirlos.
Recuerda respetar las leyes locales allá donde vayas
En Europa nos hemos acostumbrado a unos niveles de libertad con los que nos sentimos realmente cómodos y, por más que nos gustaría que todo el mundo fuese así, lamentablemente no es el caso. De hecho, las dificultades causadas por la pandemia global parecen haber acentuado el autoritarismo en múltiples rincones del mundo, lo que hace que sea necesario redoblar las precauciones a la hora de viajar.
Recuerda informarte sobre las leyes específicas de los lugares a los que piensas viajar, y asegúrate de tenerlas presentes durante tu estancia. Puede que algunas de estas leyes te resulten chocantes o que no estés del todo de acuerdo con ellas. Sin embargo, el mundo es un lugar diverso que requiere de un mayor grado de tolerancia para movernos por él.